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Un año que vivirá en infamia: es hora de tomar acción para el clima

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Un año que vivirá en infamia: es hora de tomar acción para el clima

Por Mark Reynolds

Nosotros que entendemos la amenaza existencial del cambio climático hemos esperado el “momento de Pearl Harbor” que galvanice la gente y los políticos para que tomen medidas para minimizar esa amenaza. El 2018 está resultando ser un “año de Pearl Harbor”, donde la mayoría de los estadounidenses apoyan la adopción de medidas, y estamos listos para que el Congreso avance hacia delante.

Pensábamos que el toque de atención ocurrió en 2005 cuando el Huracán Katrina golpeó y devastó a Nuevo Orleans, un desastre que dejó 1,836 muertos y decenas de miles desplazados. Cuatro años después, cuando legislación para poner un precio al carbono hizo un intento en el Congreso, cualquier sentido de urgencia sobre el cambio climático se perdió adentro de las peleas partidistas y la presión de los intereses.

La próxima oportunidad vino en 2012 cuando la Supertormenta Sandy rugió por la costa del este con una marejada ciclónica que inundó una gran parte de la Ciudad de Nueva York. La cubierta de la revista Bloomberg Businessweek proclamó, “Es el calentamiento global, estúpido.” Pero otra vez, nada sucedió. Igual, las tormentas una tras otra tras otra – Harvey, Irma y Maria – dejaron una huella de destrucción desde Houston a Puerto Rico que sumó a unos $300 billones de daño. Esto tampoco era suficiente para impulsar la acción.

Afortunadamente, cada vez más estadounidenses están conectando los puntos entre los desastres meteorológicos extremos y el cambio climático, según las más recientes encuestas por el Programa de Comunicación del Cambio Climático de Yale.

El estudio por Yale encontró que un 77 por ciento de adultos estadounidenses respaldan la regulación del dióxido de carbono como un contaminante, y que un 68 por ciento respaldan la tributación sobre empresas de combustibles fósiles acompañada por una reducción equivalente de otros impuestos. Esto incluye todas las regiones de los Estados Unidos, con una mayoría tanto en los 50 estados como en todos los 435 distritos federales diciendo que apoyan un impuesto al carbono que sea neutro de balance.

La encuesta por Yale no debe ser sorprendente, dado que 2018 está resultando ser un año de Pearl Harbor, no un solo momento:

  • Temperaturas de tres dígitos en California han creado las condiciones para los peores incendios forestales que el estado ha experimentado. En Redding, California, esas condiciones produjeron un tornado de fuego con vientos hasta 165 millas por hora y temperaturas más arriba de 2,700 grados.
  • El humo de los incendios en el oeste está creando peligrosas condiciones respiratorias a lo largo del país.
  • En la Florida, la combinación de un mar más cálido y la salida de nitrógeno de las granjas ha producido la peor “marea roja” vista allí. Los manatíes, las tortugas del mar y millones de libras de peces muertos han aparecido arrastrados en las playas y han afectado al turismo.
  • Cientos de personas muertas en todo el mundo se deben a las olas de calor que baten récords.

Pero ánimo existe en el creciente movimiento para despolitizar el tema y hacer que los Republicanos y Demócratas hablen entre ellos sobre cómo resolver el problema. Actualmente hay 86 miembros del Caucus para Soluciones Climáticas, un grupo bipartita de mitad republicanos y mitad demócratas. En los finales de julio, el co-líder del Caucus, el Representante Carlos Curbelo (R-FL) – junto al Representante Brian Fitzpatrick (R-PA) y el Representante Francis Rooney (R-FL) — introdujo la primera legislación patrocinada por republicanos en casi una década para poner un precio al carbono. El proyecto de ley de Curbelo es una gran grieta en la represa reteniendo legislación climática eficaz, y es probable que esa represa estalle en los meses por venir.

Mientras que el Congreso regresa del receso de agosto y los legisladores hacen sus últimos esfuerzos para su reelección, mi esperanza es que el cambio climático sea un tema que crea puentes en vez de brechas como ha hecho. Siempre en nuestra historia, los americanos hemos dejado de lado nuestras diferencias y nos hemos unido en momentos de crisis para luchar contra el enemigo común. Podemos y debemos hacerlo ahora mismo con el cambio climático.

El terrorífico vórtice de fuego que arrasó Redding, California, fue el último momento de Pearl Harbor para el cambio climático en un año lleno de tales momentos. Esperemos que este año de la infamia, junto al creciente deseo de acción, finalmente ponga las ruedas en marcha para que el Congreso apruebe soluciones significativas

Mark Reynolds es el director ejecutivo de Ciudadanos por un Clima Vivible (Citizens’ Climate Lobby).